SE BUSCA AUTOR
Todo
empezó como un juego. Hace algo más de una semana, compartí en Facebook un
vídeo que una amiga había publicado en su muro. El vídeo en cuestión, cuya
procedencia es la página titulada RestaurArs,
dura poco más de un minuto; en ese breve tiempo, detalles de cuadros desfilan
por la pantalla, al ritmo del celebérrimo Bolero
de Ravel. He dicho detalles, pero tal denominación se me queda corta en algún caso,
ya que se nos presentan elementos de muy reducido tamaño, que ocupan un espacio
mínimo en la composición a la que pertenecen. Otros son rostros o figuras de
personajes, algunos de ellos sobradamente conocidos. Se trata, en definitiva,
de un vídeo atractivo para los que, como yo, disfrutan acercándose a los
cuadros ―a veces, con cierto sobresalto de vigilantes de museo― para ver de
cerca la expresión de los retratados o fijarse en los elementos secundarios.
Además
de su evidente encanto, este vídeo es todo un reto para un aficionado a la
pintura. ¿A qué cuadro pertenecen esa ventana y ese espejo, esos ojos
extasiados, esas manos que se enlazan amorosamente o que empuñan una espada…?
Apenas planteado el juego, una amiga de Facebook me escribió identificando los
que, en su opinión, eran los tres obvios. Agradezco su presteza y su modestia:
no estoy tan segura de que todo el mundo hubiera sido capaz de reconocerlos con
tanta rapidez. Entre otro amigo y yo, añadimos unos cuantos más a base de
pesquisas por la red. No sé cómo procedería él para localizar algún detalle especialmente
intrincado; en mi caso, debo decir que escribir en el buscador palabras como
“decapitación” me condujo a territorios nada tranquilizadores. En cualquier
caso, he aquí los resultados obtenidos hasta el momento:
Los
personajes que se asoman a las almenas aparecen tras los arcos de la Virgen del canciller Rolin, de Jan van
Eyck.
El espejo en el que se reflejan una ventana y un misterioso personaje está sobre la mesa de El prestamista y su esposa, de Quentin Metsys.
El
ángel que desciende de los cielos es el que propicia La inspiración de San Mateo, de Caravaggio.
El
dúo de rostros clásicos pertenece a una pareja mitológica: Cupido y Psique, de François Gérard.
El
ojo de mirada penetrante es el de la anónima modelo de Retrato de una dama, de Van der Weyden.
El
pequeño músico alado es el Ángel tocando la
flauta de Bernardino Luini.
No
necesita presentación La joven de la
perla (o, como me sugiere mi amigo el habilidoso indagador, La joven del pendiente de plata) de
Vermeer.
El
dulce rostro femenino es el de La Virgen
del Prado de Rafael.
Las
manos unidas para la eternidad pertenecen a los esposos de El matrimonio Arnolfini de Van Eyck.
La
mujer que llora desconsolada es María Magdalena, del Descendimiento de la cruz de Van der Weyden.
Como
habrá notado quizá algún lector curioso, quedan tres imágenes sin identificar:
la dama que abre el vídeo, la escena de martirio del segundo 18 (¿la decapitación de San Juan
Bautista, tal vez?) y el rostro femenino con los ojos arrasados en lágrimas que aparece en el segundo 32 (¿María Magdalena, la Virgen María…?). Tras una primera indagación infructuosa,
he dedicado algún rato perdido a su búsqueda, con idénticos resultados negativos: sin
noticias de sus respectivos autores. Me incomodan en grado sumo estos cabos
sueltos; apelo por ello a lectores asiduos y a navegantes eventuales que
recalen por casualidad en este blog. Se busca a los autores de los cuadros
arriba mencionados. Se agradecerá cualquier dato que ayude a su localización.
Para mayor facilidad, se incluyen a continuación capturas de pantalla con los
detalles que se conocen hasta el momento. Gracias por adelantado. Esta
atribulada bloguera se quedará más tranquila cuando consiga ubicar los dos
rostros femeninos y la terrible escena de ejecución. Podrá concentrar entonces
sus energías en atar otros muchos cabos sueltos.
Para los que no me siguen en Facebook: ya tenemos localizada la escena de decapitación, que era, en efecto, la de San Juan Bautista. Es el lado izquierdo del "Retablo de las Bodas místicas de Santa Catalina de Alejandría" de Hans Memling. Gracias mil al avezado rastreador de detalles pictóricos que me ha echado este valioso cable.
ResponderEliminarJuego terminado con éxito, gracias a los dos sagaces lectores a los que hacía alusión en la entrada. En breve, nuevo post dedicado a los tres cuadros fugitivos (que lo han sido, pero mucho).
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