CONVERSACIONES CON EXTRAÑOS

Como soy una persona más bien tímida, me fascina la facilidad de ciertos individuos para trabar conversación con gente a la que acaban de conocer. Los extraños son, por definición, seres que suscitan mi desconfianza y mi recelo; soy incapaz de recordar que aquellos a quienes he llegado a querer mucho pertenecieron en algún momento a ese amenazador grupo.

Trasladando este asunto al terreno de la ficción, me sorprenden y atraen a partes iguales las situaciones en que perfectos desconocidos se ven abocados a charlar y poner en común confidencias. Desde las ventas cervantinas hasta los clubes victorianos; desde los compartimentos de tren decimonónicos hasta los modernos vehículos que recogen autoestopistas, la novela y el cine están poblados de espacios propicios a encuentros azarosos que se traducen en secretos compartidos, descubrimientos sorprendentes o planes que enredan para siempre dos destinos. Qué no daría yo por que el viajero que se sienta a mi lado en el tren o en el avión me confiara un secreto inconfesable o me propusiera transgredir alguna norma. Y, sin embargo, suelo viajar firmemente parapetada tras la barrera de un libro, elemento disuasorio donde los haya a cualquier intromisión. Soy una tímida sin posible arreglo, como decía al principio.

En mi monótona existencia de lectora sin grandes sobresaltos vitales, lo más parecido a esas irrupciones inesperadas se ha producido a través de la red. La seguridad que me otorga mi confortable posición frente a una pantalla de la que es muy fácil salir huyendo me dota de la osadía que me falta en los encuentros reales. Si un desconocido me aborda a través de una red social, la curiosidad me lleva a seguir adelante con el contacto. Bien es verdad que, hasta ahora, dicha circunstancia se ha producido siempre ligada a intereses profesionales. La última, cuando el pasado mes de septiembre recibí el mensaje de un miembro del departamento de comunicación de una web de temática cultural. Esta persona se dirigía a mí por mi faceta de bloguera y me proponía realizar una entrevista que se publicaría en su página, que responde al cortazariano nombre de Universo La Maga. No me lo pensé a la hora de aceptar. Hace unos días, recibí la confirmación de que la entrevista había visto la luz. A continuación incluyo el enlace. En esta conversación con un desconocido, no hay secretos familiares, pasiones soterradas ni crímenes por resolver; sólo libros y literatura. Que es tanto como decir todo lo anterior y mucho más.

Comentarios

  1. Qué bonita entrevista,Bea. Un abrazo

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    1. ¡Qué alegría tenerte de nuevo por aquí, Lola! Me alegro de que te haya gustado. Un abrazo fuerte.

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