PÁGINAS AL VIENTO

William Joyce es un escritor e ilustrador estadounidense, autor de numerosos libros infantiles, que ha participado en el mundo de la animación de la mano de Pixar (colaboró, por ejemplo, en la creación de los divertidísimos personajes de Toy Story y Bichos). Brandon Oldeburg es un dibujante y experto en efectos visuales que ha trabajado para Disney, Pixar y DreamWorks. En 2009 se juntaron para fundar Moonbot Studios, con la intención de disponer de un espacio donde dar rienda suelta a su creatividad en distintos formatos: películas, libros, juegos, aplicaciones informáticas. Fruto de su colaboración es un hermoso cortometraje que ganó en 2001 el Óscar al mejor corto de animación y que es un emocionante homenaje al poder de la lectura.

Los fantásticos libros voladores de Mr. Morris Lessmore está inspirado, según sus propios creadores, por el huracán Katrina, Buster Keaton, El mago de Oz y el amor por los libros. Basta ver el primer fotograma para descubrir en el rostro del protagonista rasgos del famoso intérprete de cine mudo: su gesto entre impasible e infantil, el traje y la corbata, el ineludible canotier. A los pocos segundos, entra en escena un huracán a la vez violento y juguetón que más que en el terrible y real Katrina nos hace pensar en el que arrebata a Judy Garland de su granja natal para llevarla ál fantástico reino de Oz.  El amor por los libros inunda el resto de los quince minutos de duración del corto, que habla del poder de la lectura para llenar una existencia, de la vida que emana de esos objetos que nos comunican con los demás y que distan mucho de ser inanimados. Recomiendo vivamente a todo el que esté intoxicado por el virus de la lectura que se deje arrebatar por el mismo viento que traslada a Mr. Morris Lessmore a esa mansión maravillosa donde los libros dotan de colorido a un mundo gris y donde la vida es a la vez breve como un suspiro e infinita porque se nutre de muchas otras y traspasa las barreras de la muerte. El desenlace es el más emocionante que he visto en los últimos tiempos. Pero os dejo ya que lo juzguéis.