DE ARTE Y ADVERSIDAD
El curso pasado, un alumno me hizo un comentario
en clase que me dio bastante que pensar. (Como es algo que me sucede a menudo,
voy a matizar: me hizo un comentario que he rescatado de la memoria hace poco y
al que llevo un tiempo dándole vueltas).
Dado que voy a contar algo que sucedió hace cosa
de un año, voy a ser necesariamente imprecisa. Lo que sí tengo claro es que
estábamos comentando la figura de Edgar Allan Poe en clase de Literatura
Universal. Supongo que acababa de contarles a mis alumnos su desgraciado final,
porque uno de ellos dijo algo parecido a lo siguiente: «Profe, yo creo que
cuando se es desgraciado se escribe más». Yo no me lo había planteado antes en
semejantes términos, tan simples y a la vez tan claros, pero no pude menos que
darle la razón.
No sé si habrá algún ensayo al respecto (casi
seguro que sí), pero la adversidad me parece el principal motor de la creación
artística, y en especial de las letras. La historia de la literatura está salpicada
de destierros, prisiones, pérdidas de hijos y amantes, enfermedades, invasiones
y devastadoras guerras. No me refiero a la desgracia como material literario,
sino como circunstancia personal de los autores. Puedo evocar a Miguel de
Cervantes creando a su maravilloso hidalgo en la cárcel, a Rosalía de Castro llorando
verso a verso la muerte de su niño, a Oscar Wilde destilando un poema terrible
desde el infierno del penal de Reading. A Irène Némirovsky creando su
deslumbrante Suite Francesa en medio del horror de una Europa en guerra,
apelotonando las líneas de su escritura para aprovechar hasta el último rincón
de su escaso acopio de papel. A Gabriela Mistral cantando suavemente su tristeza
por la maternidad frustrada. A Emily Brontë lanzando su grito desgarrado desde
la soledad de su páramo natal. A Petrarca convirtiendo en la más sublime de las
bellezas su dolor por la muerte de la amada.
En cambio, tengo que hacer un esfuerzo para
pensar en creadores felices, escribiendo en medio del equilibrio y el orden
vital. Los hay, pero me cuesta más encontrarlos en mi memoria. Tampoco tengo datos
de hasta qué punto los malos momentos fueron para ellos un acicate que espoleó
su creatividad. La felicidad, me parece a mí, no es buena materia prima para la
literatura. Tal vez porque la función primordial del arte es reinterpretar la
realidad para hacerla soportable, para darle algún sentido al caos y el espanto,
a la injusticia y al dolor. No podemos cambiar la realidad, pero podemos
pintarla a nuestra manera, danzarla, escribirla. Muchos encontrarán ese sentido
para la existencia en la espiritualidad o en la encomiable tarea de hacer que
el mundo sea más soportable para sus semejantes. A otros, como a mí, solo nos
queda la posibilidad de crear.
Supongo que la adversidad en general crea mayor actividad y la necesidad de hacer, de crear. Salvo que sea tan excesiva que origine enfermedades graves como la depresión.
ResponderEliminarLo que me ha sorprendido son escritores que tuvieron vidas trágicas y sin embargo sus obras han sido divertidas y lúdicas. Pienso que quizás por la necesidad de compensar. Vaya a saber…
Abrazos
Desahogarse de la tristeza o buscar la alegría perdida: dos facetas complementarias del arte de crear. A mí me sale de forma natural la primera, pero admiro mucho la segunda. Un abrazo.
EliminarBeatriz he estado algún tiempo sin pasarme por el blog y al hacerlo de nuevo veo que sigue creciendo sin parar y mas bello que nunca, es como un árbol al que siempre le estuvieran saliendo nuevas ramas y flores y ....bueno no me quiero poner muy cursi pero es magnifico comprobar que
ResponderEliminarque tu si sigues ahí, incansable, creadora, enseñando, ilustrando.
Sin embargo hay algo que he echado en falta o que no encuentro y me inquiete, no veo por ninguna parte la serie de cuadros con gente dentro leyendo. Por favor dime que no lo he encontrado por no saber buscarlo y que sigue ahí. Un abrazo grande
Ay, Marga, no sabes cuánto te agradezco este comentario. Por un lado, por tus amables palabras y, por otro, por alertarme sobre algo en lo que no había reparado. La sección a la que te refieres, que se titula "Los que leen dentro del lienzo", debería seguir ahí..., pero algún oscuro designio cibernético se la ha tragado. Supongo que tendrá algo que ver con ciertos cambios en la política de Google que afectan a las imágenes compartidas. No te preocupes, que en cuanto pueda rescato a mis queridos lectores y lectoras inmortalizados sobre el lienzo. Un abrazo fuerte.
EliminarYo no me considero una gran escritora y lo que escribo es más mundano ;) pero sí que puedo decir que escribir en mi blog durante mi época de reclusión por el problema lumbar me evitó volverme loca. A lo mejor es esa la terapia que buscan :)
ResponderEliminarUn súper beso y siento no leerte tan a menudo como quisiera pues me encanta tu blog :)
Te entiendo perfectamente. Yo empecé este blog en un mal momento personal y escribir en él me servía de desahogo. De hecho, cuando ahora veo que escribí 103 entradas el año 2011, me parece increíble. Es posible que este año no llegue ni a la mitad. Tampoco lo necesito.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte para ti también. Siempre me alegra encontrar una huella de tu paso por este espacio.