LOS CHICOS LISTOS LEEN LIBROS

Hace unos días, un compañero de instituto tuvo que dirigirse a mí por motivos laborales en plenas vacaciones. Debió de considerar que su gesto era una intromisión intolerable en mi tiempo libre, así que para granjearse mi benevolencia adjuntó a su mensaje una fotografía sacada por él mismo y que juzgó que sería de mi agrado. En ella se ve un cartel pegado al escaparate de una librería. El cartel en cuestión es el primer plano en blanco y negro de un graciosísimo niño que sonríe a la cámara y que, a juzgar por la textura de la imagen, debió de abandonar el feliz territorio de la infancia hace ya mucho. El crío tiene una expresión vivaz encantadora y lleva unas gafas redondas que, como suele suceder en esas edades, no están precisamente derechas. Al pie de la foto aparece un mensaje contundente: «Los chicos listos leen libros».

Se trata de un cartel publicitario de Impedimenta, una de esas editoriales que con cuidado exquisito ponen periódicamente al alcance de los lectores un repertorio de títulos atípicos, difíciles de encontrar por otras vías. Sus libros consiguen siempre llamar mi atención por lo prometedor de su contenido, aparte de ser un reclamo para los sentidos; con frecuencia me he encontrado en una librería acariciando uno de sus volúmenes, disfrutando del tacto rugoso y delicado de sus cubiertas. El cartel que acompaña estas líneas y su categórico eslogan me parecen un regalo más, y he creído que hoy era la ocasión adecuada para compartirlo con los lectores de este blog. Feliz Día del Libro a todos. Espero que sea una jornada pródiga en alegrías lectoras, algunas tan sutiles como la de que alguien se acuerde de vosotros al ver una imagen como esta. (Se me olvidaba: no hace falta aclarar que mi compañero consiguió con creces hacerse perdonar su importunidad, si es que la hubo.)

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